La fabricación aditiva es un proceso por el cual se producen componentes tridimensionales complejos mediante la adición de capas de material.
Aunque comúnmente se utiliza el término Impresión 3D como sinónimo, esta es solo una de las técnicas que utilizan la fabricación aditiva para producir piezas, siendo plástico y cera los materiales más frecuentes en este caso.
A nivel industrial, la fabricación aditiva de metal juega un papel muy importante, ya que abre un gran abanico de posibilidades en la producción de componentes con geometrías y formas que el mecanizado tradicional no consigue.

¿Cuáles son las ventajas de la impresión 3D de metal?
Desaparecen las restricciones para el diseño que encontramos en otras técnicas tradicionales de fabricación, por lo que las piezas se pueden adaptar a casi cualquier requerimiento.
Esta tecnología permite realizar modelos y diseños más complejos formados por un menos número de elementos.
La fabricación se simplifica y se hace más directa pues se disminuye el uso de herramientas y se acortan los tiempos de manufactura.
Solo se utiliza material donde se necesita lo que se traduce en piezas más livianas sin perder resistencia.
¿cómo funciona la fabricación aditiva?
Como ya se ha comentado, la fabricación aditiva consiste en la adición de capas de material a medida que se crea la nueva pieza. En el caso de metal, el proceso se lleva a cabo añadiendo capas muy finas de polvo metálico sobre la placa de fabricación. El láser incide sobre aquellos puntos establecidos donde se irá formando el nuevo componente, fundiendo el polvo y fusionándose con las capas previamente creadas. El procedimiento se repite añadiendo nuevas capas de metal en polvo hasta completar la pieza íntegra.
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